28 febrero, 2020 - 39ytú
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, profesora en la Facultad de…
17 julio, 2020
Francisco Javier Martínez Noguera
El proceso de envejecimiento está influenciado por 2 factores, principalmente:
Al envejecimiento primario se le atribuye el 25% de la responsabilidad en los cambios producidos a nivel intestinal durante la vida. El secundario es responsable del 75% de los cambios y está modulado por enfermedades y factores ambientales (tipo de dieta, ejercicio, etc.) que las personas han llevado previamente. Ambos factores actúan de forma simultánea determinando el estado de envejecimiento o de fragilidad. Este último concepto está ligado al fracaso orgánico y por lo tanto existe una necesidad de aplicar medidas preventivas.
Un elemento que está ligado al envejecimiento es la inflamación, apareciendo en los últimos años el término “inflamm-aging”, que es una situación que se define como un estado inflamatorio crónico de bajo grado, común en el envejecimiento y con un rol clave en la aparición de la fragilidad y enfermedades frecuentes en la edad avanzada. Este proceso es sistémico, de naturaleza multifactorial y caracterizado por complejas interacciones a nivel molecular.
Otro factor que influye en el envejecimiento es la microbiota intestinal (peso estimado en un adulto de 1kg), siendo esta la población microbiana (comunidades bacterianas) que habita en el intestino. Ya en el 1915 Elie Metchnikoff (1845-1916), establecía que la digestión de derivados lácteos como el yogur, introducía bacterias con efectos positivos en el intestino. También hay que comentar que existen diferentes microbiotas en distintas zonas del cuerpo (piel, boca, vagina, etc.). Además, se ha observado como la microbiota intestinal interviene en la fermentación de hidratos de carbono no digeribles, modulación del sistema inmune, aumenta la actividad metabólica mediante el aporte de enzimas bacterianas, favorece la resistencia a la infección e inflamación (enfermedades autoinmunes y tumorales) y mejora la transmisión de señales endocrinas mediante el eje cerebro-intestino, mejorando la función neurológica. También, cabe destacar que la flora bacteriana pude modular la permeabilidad intestinal y la movilidad intestinal.
Es importante señalar que las poblaciones de bacterias intestinales pueden estar moduladas por la ingesta de fármacos (antibióticos, etc.), el tipo de dieta y su variabilidad, además de las enfermedades. En el envejecimiento se ha documentado una limitación de la diversidad de gérmenes presentes en el intestino, con una disminución de los Firmicutes, Bifidobacterias (bacteroides), Fecalibacterium, Prausnitzii, Blautia, mientras aumentan las enterobacterias, los bacteroidetes, los anaerobios en general y, dentro de ellos, Clostridium. En una investigación reciente con modelos animales de leucemia, se observó que la suplementación oral con Lactobacillus reuteri 100-23 y Lactobacillus gasseri 311476 redujo la expresión de marcadores de atrofia muscular (Atrogin-1, MuRF1, LC3, Cathepsin L) e inflamatorios (IL-6, MCP-1, IL-4) en gastrocnemio y tibia. Además, se restauró la disbiosis producida por la patología. Este estudio mostró que la suplementación con especies de Lactobacillus podrían ser una terapia eficaz para evitar la sarcopenia (pérdida de masa muscular en el envejecimiento) y tratar la inflamación, situaciones que se producen en las personas mayores.
Es conocido que con el avance la edad existe un aumento de las enfermedades neurodegenerativas. La ingesta de Lactobacillus reuteri, Lactobacillus rhamnosus, y Bifidobacterium infantis, durante 10 semanas en ratas (modelo Alzheimer), mejoró significativamente la memoria espacial, redujo las placas de Aβ (principal factor del Alzheimer) y mejoró el estado antioxidante (↓MDA y ↑SOD) e inflamatorio (↓IL-1β y ↓TNF-α).
Por otro lado, el envejecimiento y el estrés oxidativo parecen desempeñar un papel fundamental en la aparición y la progresión de las enfermedades de la superficie ocular. El síndrome del ojo seco (DES) es una enfermedad multifactorial de las lágrimas y la superficie ocular en la que los síntomas pueden interferir con la capacidad de trabajar y llevar a cabo las funciones diarias. En este sentido, la suplementación con Saccharomyces boulardii MUCL 53837 and Enterococcus faecium LMG S-28935 en la película lacrimal en humanos disminuyó la sequedad ocular y restauró la microbiota de la superficie ocular en la que, previa al estudio, se observó una alteración.
La osteoporosis es otro gran problema que se presenta durante el envejecimiento con más incidencia en mujeres que en hombres. La deficiencia de estrógenos que se produce tras la aparición de la menopausia en la mujer, conlleva un aumento del estrés oxidativo que tiene el potencial de inhibir la diferenciación de osteoblastos mejorando la de osteoclastos. Este efecto ha sido revertido tras la ingesta de Bifidobacterium longum y Lactobacillus reuteri 6475 mejorando la osteoblastogénesis e inhibiendo la osteoclastogénesis en un modelo animal. Además, las bacterias del género Bifidobacteria, producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que pueden reducir el pH del tracto intestinal, aumentando así la absorción de minerales. Parte de los efectos de los probióticos en el estado óseo se deben a la reducción de la inflamación intestinal, ya que la bacteria probiótica puede mejorar directamente el transporte de calcio a través de la barrera intestinal. También disminuyen la inflamación a nivel óseo, suprimiendo la expresión genética de las citoquinas pro-inflamatorias y pro-osteoclastogénicas (TNFα, IL-17 and RANKL).
Otra patología que aparece frecuentemente en el envejecimiento es la infección de las vías respiratorias superiores, que puede conllevar el agravamiento del estado de salud de personas con edad avanzada. Varios estudios han mostrado como la ingesta de Bifidobacterium breve YIT4064, (IgG aumentado) y Lactobacillus rhamnosus tenían un efecto positivo sobre las infecciones de las vías respiratorias superiores en humanos y en animales. Las conclusiones fueron que los probióticos son mejores que el placebo para reducir el número de participantes que experimentaban episodios de infección del tracto respiratorio superior aguda (ITRS), la duración media de un episodio de ITRS aguda y el uso de antibióticos.
Por todo lo anterior, se puede decir que las mejoras en el estado de salud que proporciona la ingesta de determinados probióticos pueden estar mediadas por una modulación de la inmunidad tanto innata (inmunidad con la que nacemos, primera línea de defensa en la respuesta inmunitaria), como la adquirida (inmunidad que se desarrolla con la exposición a diversos antígenos) y la respuesta inmune local.
Es conocida la pérdida de funcionalidad de la piel en el proceso de envejecimiento debido a la exposición solar y otros factores genéticos y ambientales. En estudios llevados a cabo tanto en animales como en humanos, se ha observado que la suplementación oral con los probióticos Bifidobacterium brevis B-3 y Lactobacillus plantarum HY7714 previene el foto-envejecimiento de la piel inducido por la irradiación ultravioleta crónica.
Por lo tanto, según la bibliografía revisada, la ingesta de probióticos parece ser una medida contra el envejecimiento, modulando el estado antioxidante, inflamatorio y la expresión de ciertos genes, que mejorarían el estado de salud y la funcionalidad de las personas mayores, evitando o retrasando las patologías de estas edades. Pero también hay que mencionar, que es necesario realizar más ensayos clínicos que den luz a este tema.