28 febrero, 2020 - 39ytú
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, profesora en la Facultad de…
23 julio, 2022
Ana María Caballero Valcárcel, Coordinadora de Proyectos de I+D+i San Antonio Technologies-UCAM
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pronosticado que para el año 2030, las ECV se convertirán en la principal causa de muerte afectando aproximadamente a 23,6 millones de personas a nivel mundial. La hipercolesterolemia es una de las principales causas de ECV y se define por unos valores de colesterol total y de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (cLDL) superiores a los valores considerados normales, estando íntimamente relacionado con factores genéticos y ambientales, como la nutrición y la microbiota intestinal.
La microbiota intestinal es un conjunto de poblaciones microbianas que residen en el intestino, también conocido como tracto gastrointestinal (TGI). El TGI está fuertemente colonizado por bacterias tanto beneficiosas como perjudiciales para el huésped. La asociación hallada entre la microbiota intestinal y ciertas patologías ha establecido la demanda de nuevos productos funcionales, como el consumo de probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas pueden conferir un beneficio para la salud del huésped. Uno de los géneros más estudiados y utilizados en la industria alimentaria es el género Lactobacillus, y muchas de sus especies se han convertido en microorganismos de gran importancia debido a sus propiedades probióticas y a sus efectos beneficiosos para la salud. Una de las especies mejor caracterizada es el Lactobacillus plantarum. Este fue aislado en 1993 en un zumo de tomate, y suele estar presente en frutas y hortalizas como la uva, la col y la lechuga (a lo que debe su nombre), también se encuentra comúnmente en la microbiota fecal humana. Las investigaciones sobre esta especie bacteriana han descubierto nuevas cepas con propiedades beneficiosas para la salud cardiovascular. En relación a la prevención de la hipercolesterolemia, Lactobacillus plantarum LPLDL ha demostrado su capacidad para reducir los niveles de colesterol mediante la desconjugación de los ácidos biliares por su acción de hidrolasa de sales biliares (HSB). Recientemente un ensayo clínico ha evaluado el efecto de la ingesta de Lactobacillus plantarum LPLDL versus placebo en sujetos con hipercolesterolemia. Se incluyeron un total de 49 individuos, de 30 a 65 años de edad, con valores de colesterol total (CT) comprendidos entre 200 y 300 mg/dl.
A los participantes se les instruyó para que ingirieran el probiótico 2 veces al día durante 12 semanas. Tras finalizar la intervención y analizar los resultados, se observó que los individuos que iniciaron el estudio con niveles de colesterol total de 200 mg/dl y ≤ 300 mg/dl a los que se les asignó la ingesta del probiótico, redujeron su colesterol total frente al grupo placebo, un 13,9 % (p= 0, 030) y un 37,6 % (p = 0,045), respectivamente, tras 6 semanas de la toma diaria del probiótico. En cuanto a las lipoproteínas de baja densidad (cLDL), lipoproteínas de alta densidad (cHDL) y triacilgicéridos (TAG), la ingesta diaria del probiótico dio como resultado una reducción estadísticamente significativa en cLDL (13, 9 % p = 0. 030), en los TAG (53,9% p = 0,030) y aumentó el cHDL (14,7%, p = 0,007) respecto al grupo placebo tras la intervención. Además, se observó una disminución en la presión arterial sistólica en el grupo del probiótico a las 6-12 semanas de ingesta (6,6%, p= 0,003). Durante el estudio no se hallaron efectos adversos demostrando la seguridad de la cepa.
La alta actividad HSB que presenta Lactobacillus plantarum LPLDL aumenta la desconjugación intraluminal de las sales biliares, lo que resulta en mayores niveles de ácidos biliares desconjugados circulantes. Una vez desconjugados, los ácidos biliares son menos solubles aumentando su tasa de excreción y disminuyendo la solubilización y absorción del colesterol en el intestino y aumentando su excreción en las heces. Al haber menor cantidad de colesterol disponible para ser absorbido y metabolizado, disminuyen los niveles de colesterol sanguíneo. El colesterol se utiliza entonces para la síntesis de ácido biliar de novo en una respuesta homeostática, resultando en la reducción del colesterol sérico. Esto sugiere que la regulación de los ácidos biliares que utilizan esta cepa productora de HSB puede servir como un enfoque seguro y natural para modificar los niveles de lípidos en la sangre y reducir el riesgo cardiovascular.
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