28 febrero, 2020 - 39ytú
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, profesora en la Facultad de…
12 marzo, 2021
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, Profesora, Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Católica de Murcia (UCAM)
El tracto gastrointestinal humano alberga una comunidad microbiana extremadamente densa y diversa, conocida como microbiota intestinal. Constituye el sitio de interacción entre numerosos procesos metabólicos, nutricionales, fisiológicos e inmunológicos del cuerpo humano y los microrganismos, tanto simbióticos como patógenos. En concreto, la disfunción de la barrera intestinal se asocia a una respuesta inflamatoria sistémica, a diversas enfermedades gastrointestinales, autoinmunes, inflamatorias y metabólicas como la obesidad, aterosclerosis, insuficiencia cardíaca, alergias alimentarias o diabetes entre otras.
Aunque estos microorganismos se encuentran por todo el intestino, existe una mayor concentración en el intestino grueso. El intestino superior (estómago, duodeno y yeyuno) tiene una microflora escasa, sin embargo, la concentración microbiana aumenta gradualmente desde el íleon hasta el colon. El intestino grueso puede estar colonizado por una gran cantidad de especies bacterianas y diversos estudios evidencian que la mayoría de bacterias anaeróbicas presentes en el intestino grueso están representadas por 4 filos: Firmicutes, Bacteroidetes, Actinobacterias y Proteobacterias.
Roseburia, perteneciente al grupo Clostridium del filo Firmicutes, es un género que incluye cinco especies: R. intestinalis, R. hominis, R. inulinivorans, R. faecis y R. cecicola. Son bacterias GRAM-positivas ligeramente curvadas, en forma de bastón y móviles por medio de múltiples flagelos subterminales (20-35 flagelos dispuestos en un fascículo en cada célula). Se ha estimado su abundancia relativa en el microbioma intestinal humano, junto con otras bacterias del género Agathobacter (anteriormente Eucabterium), entre el 5% y el 15%. En este sentido, dado que el principal efecto de los probióticos se caracteriza por la estabilización de la microflora intestinal, se puede utilizar la abundancia de Roseburia como biomarcador de patologías inflamatorias intestinales y para la restauración del ecosistema intestinal con la administración de ciertas especies mediante probióticos.
Uno de los principales factores que influyen en el microbioma intestinal y la disbiosis bacteriana es la dieta. Roseburia spp. fermenta carbohidratos indigeribles produciendo ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato) que tienen una acción importante en la función intestinal. Los mayores productores de butirato asociados al intestino humano pertenecen a diferentes grupos de Clostridium dentro del filo Firmicutes. Las bacterias aisladas más comunes incluyen especies relacionadas con Roseburia spp., Eubacterium rectale y Faecalibacterium prausnitzii. En concreto, algunos estudios refieren que R. intestinalis coloniza preferentemente la capa de mucina del hospedador, favoreciendo a nivel local la disponibilidad del butirato para las células epiteliales del colon. Además, se ha comprobado que niveles elevados de Roseburia spp. inducen una elevada fermentación de carbohidratos en el intestino acidificando el ambiente e interfiriendo de esta forma en la composición de la microbiota intestinal y en la inhibición del crecimiento de microorganismos patógenos. Algunos autores sugieren que ciertas especies bacterianas, incluidas Roseburia y Bifidobacteria, regulan los niveles de glucosa para prevenir la aparición de prediabetes y diabetes.
El butirato, fuente de energía preferida de los colonocitos, modula la expresión génica por su acción como inhibidor no competitivo de las histonas desacetilasas (proteínas estructurales del ADN), previene la acumulación de subproductos metabólicos tóxicos como el D-lactato y actúa como antiinflamatorio al regular la secreción de citocinas, las cuales tienen un papel crucial en diversas patologías intestinales como la Enfermedad inflamatoria intestinal (EII). En este contexto y debido, principalmente, a la producción de butirato, Roseburia spp. tiene un papel importante en el control de los procesos antiinflamatorios intestinales, en la maduración del sistema inmunológico y en el hábito intestinal diario. Además, se ha observado una disminución de Roseburia spp. en individuos con enfermedades metabólicas, inflamatorias y cáncer colorectal.
Presencia de Roseburia que se puede comprobar en nuestro test de microbioma
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