3 febrero, 2023
La vitamina B2, también llamada riboflavina, es una vitamina hidrosoluble; es decir, se disuelve en el agua. Tiene varias funciones en el organismo, por ejemplo, interviene en procesos de crecimiento y reproducción o participa en la oxidación de aminoácidos y ácidos grasos.
Otra función descubierta relativamente hace poco, es su posible relación con la microbiota intestinal. En un estudio muy reciente se pudo observar que la suplementación de riboflavina (B2) daba como resultado un aumento significativo de la concentración de butirato. La relación entre el butirato y los 30 géneros bacterianos más abundantes mostró una correlación positiva de las concentraciones de butirato con varios Firmicutes.
Este tipo de bacteria es una de las más representativas en el intestino humano y su baja presencia es una de las características de la enfermedad del intestino irritable.
Un déficit de esta vitamina puede provocar alteraciones en la médula ósea, piel, ojos y boca. También, puede contribuir en la manifestación de enfermedades cardiovasculares. La absorción del hierro y el metabolismo de otras vitaminas también se podría ver comprometido.
Por el contrario, no se ha encontrado toxicidad debido a un superávit de ingesta. Una de las razones es que es muy difícil que se almacene una cantidad excesiva en nuestro organismo ya que, al ser hidrosoluble, se puede eliminar mediante la orina.
La riboflavina se puede encontrar en muchos alimentos, como por ejemplo, en los productos lácteos, en muchas verduras, huevos o carne.
Se recomienda una ingesta diaria para adultos de 1,4 mg y de 0,4 mg para niños.
Bibliografía