4 febrero, 2022 - 39ytú
Departamento de nutrición ICLANP La ashwagandha, también conocida como withania…
9 marzo, 2021
Entrevista al Dr. Ramón De Cangas Morán, Dietista-Nutricionista, Biólogo sanitario, doctor en Biología Funcional y Molecular y Doctorando en Ciencia de los Alimentos.
Presidente de la Fundación Alimenta Tu Salud.
En el tracto gastrointestinal de los mamíferos existe una población microbiana muy diversa denominada microbioma o microbiota, que juega un papel importante en la salud, en la nutrición, el metabolismo, la protección contra patógenos y en el desarrollo del sistema inmunológico. Se estima que al menos 1000 especies bacterianas además de otra serie de microorganismo cohabitan el tracto intestinal humano.
El desarrollo de la microbiota generalmente comienza antes del nacimiento y su alteración puede tener consecuencias adversas. Estudios recientes donde se han identificado comunidades bacterianas en meconio, líquido amniótico y placenta, concluyen que la colonización microbiana del intestino fetal comienza en el útero y continúa durante los primeros 2 años de vida, y que depende de múltiples factores, por ejemplo, dieta materna, estrés, exposición a antibióticos, modo de administración, tipo de alimentación (leche materna o fórmula), entre otros.
Numerosos estudios demuestran que la dieta influye en la salud de un individuo y que una dieta rica en alimentos de origen vegetal tiene ofrece una serie de beneficios con respecto a la salud y el bienestar de un individuo. Más recientemente se ha visto que también, en este sentido de salud y bienestar, hay una gran contribución de la microbiota intestinal. Desde este punto de vista se ha visto que a largo plazo, la dieta modifica la microbiota intestinal.
Los hallazgos de investigaciones recientes muestran que cuando ocurre una disbiosis (alteración en la composición de la microbiota), el resultado es con frecuencia una respuesta inflamatoria que puede afectar a todo el cuerpo. La disbiosis puede ser debida a baja ingesta de frutas y verduras, exceso de ingesta de proteína animal, estrés, baja ingesta de fibra, obesidad y sobrepeso, antibióticos.
Pero, ¡ ojo!, no sólo la diversidad microbiana y la abundancia relativa de ciertos taxones desempeñan un papel en la disbiosis y la inflamación, sino también sus capacidades funcionales en términos de producción de metabolitos e interacción con el sistema inmunológico del huésped. Además alteraciones en la permeabilidad intestinal pueden dejarnos expuestos.
En los adultos, las dietas que tienen una alta proporción de frutas y verduras, cereales de grano entero, legumbres, alimentos ricos en polifenoles, leches fermentadas, especias, cacao, hierbas aromáticas… y un bajo consumo de carne se asocian con una microbiota muy diversa y se definen por una mayor abundancia de Prevotella en comparación con Bacteroides , mientras que lo contrario se asocia con una dieta que contiene un baja proporción de alimentos de origen vegetal.
Cada vez es más claro que el efecto de la ecología microbiana del intestino va más allá del sistema inmunitario intestinal local y está implicado en los trastornos relacionados con la inmunidad , tales como el síndrome de intestino irritable, la diabetes, envejecimiento…Son campos de investigación prometedores así como lo es, ya una realidad, el empleo de probióticos específico con objeto de buscar efectos fisiológicos determinados.