10 enero, 2022

39ytú

Dysosmobacter welbionis, obesidad y diabetes

Dr. Fernando Cánovas García, PhD. Profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Católica de Murcia (UCAM)


Nuestro microbioma ha sido objeto de atención creciente durante los últimos 15 años. Las investigaciones sobre el papel de los microorganismos que residen en el intestino humano se han extendido más allá de las enfermedades infecciosas clásicas. Por ejemplo, numerosos estudios muestran cambios en la microbiota intestinal no sólo en la obesidad, la diabetes y las enfermedades hepáticas, sino también en el cáncer e incluso en enfermedades neurodegenerativas. De hecho, la microbiota intestinal humana es considerada una fuente potencial de terapias novedosas. La estrategia basada en la capacidad de modular la composición de la microbiota intestinal, a su vez, es objeto de estudios que que están arrojando luz sobre la mejora de estas enfermedades que, en su mayoría, están relacionadas con procesos inflamatorios.

Los probióticos tradicionales generalmente muestran efectos de mejora marginales. Sin embargo, los probióticos emergentes de nueva generación podrían convertirse en herramientas preventivas y terapéuticas de primera mano. De esta forma, nuevos agentes microbiológicos podrían utilizarse para la terapia dirigida contra enfermedades específicas. En concreto, muchos de estos probióticos potenciales incluyen especies como Prevotella copri y Christensenella minuta que controlan la resistencia a la insulina, o Parabacteroides goldsteinii, Akkermansia muciniphila y Bacteroides thetaiotaomicron que además revierten la obesidad. En efecto, la obesidad y la diabetes tipo 2 se caracterizan por una microbiota intestinal alterada, asociada a una inflamación y ruptura de la barrera intestinal. Aunque no se ha dilucidado ni la composición microbiana, ni los mecanismos de interacción con el huésped que afectan la función de barrera intestinal durante la obesidad y la diabetes tipo 2, bacterias como Akkermansia muciniphila, son capaces de degradar la mucina de la mucosa intestinal. Como consecuencia de este proceso, la presencia de esta bacteria se correlaciona inversamente con el peso corporal. Sin embargo, se desconocen las funciones fisiológicas precisas que desempeña esta bacteria durante la obesidad y los trastornos metabólicos como la diabetes.

Debido al rápido desarrollo de herramientas avanzadas de secuenciación genética y las plataformas bioinformáticas, ahora más que nunca se está caracterizando la composición y función de la microbiota y el microbioma del intestino. Esta explosión de información indica claramente que las bacterias intestinales desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis intestinal y en la modulación del metabolismo humano. Durante este proceso de estudio, algunas bacterias intestinales emergen como fuentes potenciales de nuevas terapias para la obesidad y la diabetes.

En concreto las especies de Ruminococcaceae son interesantes desde este punto de vista puesto que producen butirato y otros ácidos grasos con papel fundamental para prevenir procesos inflamatorios. Un estudio de este año 2021, reveló que una especie recientemente identificada, Dysosmobacter welbionis, muestra un gran potencial para aliviar las consecuencias de la obesidad y los síndromes metabólicos como la diabetes. Esta bacteria se encuentra aproximadamente en el 70% de la población sana. Sin embargo, su ausencia se relaciona con los altos índices de masa corporal (IMC), típicos de la obesidad, altos niveles de glucosa en el plasma sanguíneo, y alto porcentaje de hemoglobina glicosilada, ésta última un marcador diagnóstico de diabetes, especialmente en individuos que muestran sobrepeso u obesidad y padecen un síndrome metabólico. Estudios realizados en modelos con ratones, demostraron que la presencia de D. welbionis protege, al menos parcialmente de dietas que inducen obesidad y ganancia de grasa corporal, principalmente mejorando la tolerancia a la glucosa (es mejor aprovechada por la microbiota) y una menor resistencia de las células a la insulina, por tanto, favoreciendo su metabolismo. Además, redujo el crecimiento del tejido adiposo, así como la inflamación. Curiosamente, la pasteurización acaba con sus efectos beneficiosos.

Todas estas evidencias nos sugieren que D. welbionis podría convertirse en una bacteria beneficiosa que debería incluirse en preparaciones probióticas. Se trata de una fuerte candidata para otros estudios que vayan más allá de la obesidad y la diabetes para evaluar su efecto positivo sobre el metabolismo humano.

 

Referencias

  1. Chang CJ, Lin TL, Tsai YL, et al. Next generation probiotics in disease amelioration. J Food Drug Anal. 2019;27(3):615-622. doi:10.1016/j.jfda.2018.12.011.
  2. Kitahara M, Shigeno Y, Shime M, et al. Vescimonas nov., Vescimonas coprocola sp. nov., Vescimonas fastidiosa sp. nov., Pusillimonas gen. nov. and Pusillimonas faecalis sp. nov. isolated from human faeces. Int J Syst Evol Microbiol. 2021; 71(11). doi: 10.1099/ijsem.0.005066.
  3. Le Roy T, Moens de Hase E, Van Hul M, et al. Dysosmobacter welbionis is a newly isolated human commensal bacterium preventing diet-induced obesity and metabolic disorders in mice. Gut. 2021; gutjnl-2020-323778. doi: 10.1136/gutjnl-2020-323778.
  4. Le Roy T, Van der Smissen P, Paquot A, Delzenne N, Muccioli GG,Collet JF, Cani PDInt J. Dysosmobacter welbionis nov., sp. nov., isolated from human faeces and emended description of the genus Oscillibacter. Syst Evol Microbiol. 2020; 70(9): 4851-4858. doi: 10.1099/ijsem.0.003547.

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