4 febrero, 2022 - 39ytú
Departamento de nutrición ICLANP La ashwagandha, también conocida como withania…
7 junio, 2019
Los seres humanos somos realmente ecosistemas andantes, ya que desde nuestro nacimiento estamos inoculados con un grupo de microbios fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo que, o bien son heredados de nuestra madre (1) o bien tomados del medio que nos rodea (2). Nuestra microbiota ejerce importantes funciones en nuestra salud, colaborando con nuestro metabolismo, nuestro sistema inmunitario y nuestro estado mental (3).
La relación entre nuestra microbiota intestinal y nuestro sistema inmunitario es doble. Por un lado el sistema inmune facilita la adherencia de ciertas bacterias en nuestro intestino, por ejemplo, especies como B.fragilis necesitan la participación de la inmunoglobulina A para fijarse y ocupar nuestros intestinos (4). Pero también nuestra microbiota nos ayuda a regular nuestro sistema inmune e incluso a activarlo en casos de necesidad.
Nuestro sistema inmunitario está compuesto por diferentes tipos celulares. Los linfocitos son uno de los principales, y desempeñan su función junto con los macrófagos, las células dendríticas y los leucocitos. Estos linfocitos pueden dividirse en:
Recientemente se ha comenzado a comprender el papel crucial que ejerce nuestra microbiota en la producción o estimulación de estas células inmunológicas. Por ejemplo, Bacteroides fragilis es capaz de inducir el desarrollo de una respuesta sistémica Th1 a través de sus moléculas de polisacárido A (5). Por su lado, las bacterias segmentadas filamentosas, son potentes inductores de las células Th17 (6). Clostridia es capaz de promover la activación de colonias de células Tregs (7), e incluso Lactobacillus rhamnosus GG es capaz de disminuir la inflamación intestinal de pacientes con dermatitis atópica o alergias alimentarias por la disminución de la producción de TNFα y el aumento de la expresión de IL10 (8, 9).
Pero no sólo nuestra microbiota es capaz de regular la activación de células CD4+, sino que se ha visto que el número de células CD8+ es mayor en el compartimento intraepitelial del intestino en ratones, lo que indica que las señales que reciben por parte de nuestra microbiota son esenciales para mantener su número y funcionalidad.
Actualmente se están realizando investigaciones para demostrar la relación entre nuestra microbiota y la regulación de las respuestas mediadas por las células NKs y los macrófagos. Estas investigaciones apuntan a que los probióticos pueden jugar un papel fundamental en la regulación de enfermedades inmunitarias.
1. Ferretti P y cols. Mother-to infant microbial transmission from different body sites shapes the developing infant gut microbiome. Cell Host Microbe. (2018)
2. Brito IL y cols. Transmission of human-associated microbiota along family and social networks. BioRxivdoi. (2019)
3. Sean M. Gibbons. Defining Microbiome Health through a Host Lens. mSystems. (2019)
4. Donaldson GP y cols. Gut microbiota utilize immunoglobulin A for mucosal colonization. Science. (2018)
5. Mazmanian SK y cols. An immunomodulatory molecule of symbiotic bacteria directs maturation of the host immune system. Cell. (2005)
6. Ivanov II y cols. Induction of intestinal Th17 cells by segmented filamentous bacteria. Cell. (2009)
7. Atarashi K y cols. Induction of colonic regulatory T cells by indigenous Clostridium species. Science. (2011)
8. Fong FL y cols. Mechanism of action of probiotic bacteria on intestinal and systemic immunities and antigen-presenting cells. Int Rev Immunol. (2016)
9. Pessi T y cols. Interleukin-10 generation in atopic children following oral Lactobacillus rhamnosus GG. Clin Exp Allergy. (2000)