4 febrero, 2022 - 39ytú
Departamento de nutrición ICLANP La ashwagandha, también conocida como withania…
15 octubre, 2021
Dr. Ramón de Cangas Morán, Dietista-Nutricionista
En el tracto gastrointestinal de los mamíferos existe una población microbiana muy diversa denominada microbioma o microbiota, que juega un papel importante en la salud, en la nutrición, el metabolismo, la protección contra patógenos y en el desarrollo del sistema inmunológico. Se estima que al menos 1000 especies bacterianas además de otra serie de microorganismo cohabitan el tracto intestinal humano. No se puede ignorar el hecho de que cada vez más datos avalan la existencia de un vínculo entre la disbiosis – un desequilibrio de la microbiota intestinal – y ciertas patologías.
Cuidar nuestra microbiota mediante la alimentación parece ser una estrategia muy obvia para ayudar a preservar nuestro estado de salud. Una microbiota intestinal adecuada, nos ayuda a mantener nuestra salud intestinal, contribuye al desarrollo de nuestro sistema inmune y además es muy probable que tenga y juegue un papel preventivo frente al desarrollo de ciertas enfermedades como pueden ser la diabetes tipo 2 y la obesidad, entre otras. Además no hay que olvidar que los hábitos alimenticios inadecuados pueden alterar la composición de la microbiota intestinal y con la dieta podemos volver a la situación óptima anterior. Cada vez más datos avalan la existencia de un vínculo entre la disbiosis de la microbiota intestinal y las enfermedades no transmisibles.
Una alimentación equilibrada y una vida sana pueden ayudar a corregir y por supuesto prevenir la disbiosis. Lo que comemos todos los días interactúa con nuestra microbiota. El consumo de probióticos y de alimentos fermentados es una forma de afectar de manera positiva a la microbiota intestinal y de prevenir por tanto la disbiosis o cualquier otra alteración.
Esto es algo que también favorece el consumo de prebióticos (ingredientes alimentarios que favorecen el crecimiento de microorganismos beneficiosos puede ser material les sirve como “combustible” como pueden ser componentes de frutas, legumbres o verduras). Lo cierto es que una dieta rica en legumbres, cereales de grano entero, frutas, verduras y hortalizas, frutos secos crudos… incrementa nuestra ingesta de fibra lo cual es positivo para la microbiota intestinal al igual que es beneficioso, para la microbiota, enriquecer la dieta en elementos ricos en polifenoles y otras sustancias antioxidantes, algo que puede realizarse utilizando especias, hierbas aromáticas, infusiones, cacao puro y alimentos vegetales en general…También el consumo de pescado azul, rico en ácidos grasos omega 3 de cadena larga como DHA y EPA, es interesante si pensamos en la salud de nuestra microbiota.