8 noviembre, 2022
Cada vez es más común sufrir algún trastorno funcional intestinal. Entre los más frecuentes encontramos trastornos con síntomas de dolor o hinchazón abdominal. Cuando se dan forma puntual no suelen tener gran importancia. Sin embargo, cuando el hinchazón abdominal no desaparece es importante buscar la causa y tomar las medidas necesarias para poder gozar de un buen estado de salud.
Padecer síntomas de hinchazón abdominal puede deberse a diversos desencadenantes. Una de las causas más comunes de una disfunción intestinal es la disbiosis y la alteración de la permeabilidad intestinal.
Nuestra microbiota intestinal se define como el conjunto de numerosos y diversos microrganismos que habitan el tracto intestinal humano, que conviven y trabajan de forma equilibrada y simbiótica. Ese equilibrio puede alterarse por algunos factores extrínsecos como son: la alimentación, el seguimiento de unos hábitos no saludables, la falta de ejercicio físico, el estrés, el uso de laxantes o antibióticos, etc. Esa disbiosis puede llegar a alterar las funciones intestinales, dañando nuestros procesos metabólicos de digestión, absorción y causando anomalías en nuestro habito evacuario. Los resultados de la alteración de los procesos metabólicos suelen asociarse con una mala digestión, absorción o intolerancia de algunos nutrientes, la producción de gases y la dificultad de los procesos de evacuación como es el estreñimiento y/o la diarrea, síntomas que están estrechamente relacionados con la manifestación del hinchazón abdominal.
No obstante, en función de paliar, aliviar, reducir o mejorar la sensación del hinchazón abdominal existen algunos pasos que pueden resultar útiles.
Es importante seguir una alimentación variada y equilibrada, evitando el consumo de alimentos ricos en grasa y sal, alimentos procesados y bebidas gaseosas. Se pueden consumir alimentos con fibra soluble, que se encuentran algunos cereales integrales, frutas como la manzana, y algunas verduras y hortalizas. Sin embargo, se debe tener en cuenta que un contenido abundante de fibra es capaz de desencadenar sintomatología de gases y a su vez de hinchazón, por lo que se recomienda evitar el consumo de verduras y frutas flatulentas como puede ser el brócoli o el higo. También, el consumo de ácidos grasos omega 3 (EPA+DHA) favorece la síntesis de sustancias antiinflamatorias que pueden tener un rol protector en los procesos inflamatorios responsables de la disfuncionalidad intestinal.
Por ejemplo, el yogur o el kéfir, que están asociados a una mejora de la microbiota intestinal. Ambos contienen probióticos que favorecen la diversidad microbiana y fortalece sus funciones.
Las infusiones de manzanilla, hinojo o menta pueden ayudar a realizar una mejor digestión gracias a algunos de sus componentes, además tiene efectos antiespasmódicos y carminativos (favorecen en la expulsión de gases).
El consumo de probióticos y prebióticos está relacionado con el mantenimiento y la recuperación del equilibrio y la variedad de nuestra microbiota.
Mejora la síntesis de los metabolitos asociados con el crecimiento de las buenas bacterias de nuestra microbiota intestinal.
La manera de comer a veces influye en la sensación de hinchazón. Por eso, se recomienda comer despacio y masticar bien la comida con el fin de facilitar la digestión y absorción de los nutrientes. Por otro lado, el uso de ropa apretada durante mucho tiempo es posible que nos produzca molestias en el abdomen y cause acumulación de gases.
Bibliografía