11 julio, 2022
Los probióticos son microorganismos vivos que cuando se ingieren en cantidades suficientes confieren uno o más beneficios específicos para la salud. Pueden ser bacterias o levaduras, siendo las más comunes las denominadas bacterias ácido lácticas. Se pueden administrar naturalmente como parte de productos lácteos fermentados como el yogur, el kéfir y otros. También pueden agregarse adicionalmente a estos o administrarse independientemente de los alimentos. En la Unión Europea, el uso de la palabra probiótico en las etiquetas de los alimentos está estrictamente regulado pues su asociación con efectos beneficiosos para la salud del consumidor es considerada indisociable.
En el caso de las bacterias vivas Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus del yogur o la leche fermentada que contengan un alto contenido de estos microorganismos se puede hacer la siguiente declaración: “los cultivos vivos del yogur o de la leche fermentada mejoran la digestión de la lactosa del producto en las personas con problemas para digerir la lactosa”.
Por otra parte, las intolerancias alimentarias son reacciones adversas de los individuos a ciertos alimentos o ciertos componentes de los alimentos que afectan al metabolismo pero no activan su sistema inmunológico, en cuyo caso se denominaría alergia alimentaria. Las personas con intolerancia alimentaria pueden experimentar dolor de estómago, hinchazón, gases, diarrea, erupciones cutáneas y/o picazón. Los síntomas generalmente ocurren pocas horas después de consumir el alimento que cause la intolerancia. La mayoría de las intolerancias alimentarias no suponen una amenaza para la vida, pero causan malestar.