Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, Profesora. en la Facultad de Ciencias de la Salud en Universidad Católica de Murcia (UCAM)

La globalización y el desarrollo socioeconómico han supuesto un cambio en los hábitos alimentarios. Una de las consecuencias ha sido el incremento de la prevalencia de prediabetes y diabetes a un ritmo elevado. Más concretamente, la diabetes casi duplicó sus cifras mundiales entre los años 1980 y 2016, y previsiones estiman que el número de pacientes prediabéticos alcance los 470 millones en 2030. Aproximadamente, en un año, entre un 5% y un 10% de los pacientes prediabéticos desarrollará una diabetes, principalmente asociada con el sobrepeso u obesidad. De hecho, la prediabetes es una fase intermedia en el desarrollo de diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es decir, cuando las cifras de glucosa en sangre se posicionan entre los niveles normales y los niveles patológicos que definen una DM2.

Se sabe que a la diabetes mellitus se le asocia un proceso inflamatorio crónico que a su vez propicia estrés oxidativo. La inflamación crónica causa resistencia a la insulina y altera el metabolismo de la glucosa.

Influencia de la microbiota intestinal

La microbiota intestinal participa en la interacción con el sistema inmunitario, proporcionando señales para promover la maduración de las células inmunitarias y el desarrollo normal de sus funciones. Así, estudios recientes indican que alteraciones en la composición de la microbiota intestinal (disbiosis bacteriana) juegan un papel importante en la patogénesis de enfermedades no transmisibles como la obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes mellitus.

Probióticos para reducir la disbiosis bacteriana

Actualmente las principales intervenciones utilizadas para reducir el riesgo en la progresión del estado prediabético están basadas en modificaciones del estilo de vida, concretamente cambios en la dieta y pautas de ejercicio diario. No obstante, aunque se ha demostrado la eficacia de estas acciones, existen intervenciones adicionales, que pueden mejorar su efectividad, basadas en la supresión de la inflamación crónica mediante la modificación de las poblaciones bacterianas en el intestino.

Por tanto, se aboga por la administración oral de probióticos para reducir la disbiosis bacteriana e interferir en sus efectos. De esta forma, se reducen el estrés oxidativo y ciertas respuestas inflamatorias inespecíficas, sobre todo aquellas producidas por la liberación de citoquinas proinflamatorias, que provocan una resistencia a la insulina y de forma crónica, una destrucción de las células de los islotes β-pacreáticos.

Estudios llevados a cabo

Numerosos estudios han mostrado que existen diferencias entre las poblaciones de bacterias en el intestino de sujetos con y sin prediabetes. Así se ha visto una menor proporción de Akkermansia muciniphila en los individuos prediabéticos además de encontrase una menor carga bacteriana y menor diversidad de bacterias.

En este contexto, la administración del probiótico Akkermansia muciniphila posibilita revertir el trastorno metabólico y mejorar el estado proinflamatorio de la prediabetes. Recientemente A. muciniphila ha mostrado resultados preliminares prometedores en sujetos con sobrepeso y obesidad debido a que mejora la función de la barrera intestinal al restaurar el grosor de la capa mucosa y, además, produce bioactivos lipídicos con propiedades antiinflamatorias. En concreto, se observó una disminución de lipopolisacáridos en sangre, de marcadores inflamatorios a nivel hepático y sistémico, y una mejora en la sensibilidad a la insulina.

Son muchos los microorganismos probióticos reconocidos, sin embargo, los efectos sobre la salud suelen ser específicos del tipo, especie y cepa del probiótico utilizado. Por ejemplo, la suplementación con Lactobacillus rhamnosus HN001 redujo la incidencia de diabetes gestacional sin que se modificara la dieta ni el estilo de vida. Basándose en estos resultados, actualmente se está estudiando el efecto de este probiótico en personas con prediabetes.

Otro estudio demostró que la suplementación con una mezcla de probióticos (Lactobacillus acidofillus, Bifidobacteriun lactis, Bifidobacterium bifidum y Bifidobacterium logum) produjo mejoras en el metabolismo de la glucosa y de la insulina en individuos prediabéticos comparados con los que tomaron placebo, sin que hubiera cambios en la ingesta de alimentos ni en el peso corporal.

Las concentraciones elevadas de glucosa en sangre y la disminución de bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, en pacientes con DM2 se asocia a una disminución de la proporción existente entre Firmicutes/Bacteroidetes. Por tanto, la modificación de esta proporción mediante la dieta y/o la ingesta de determinados probióticos ayudaría a reducir la disbiosis en los individuos con prediabetes.

Código ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2952-4783

Código Researchgate: https://www.researchgate.net/profile/Maria_Salud_Ruiz

SCPUS: 56910302400

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