28 febrero, 2020 - 39ytú
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, profesora en la Facultad de…
14 octubre, 2019
Autor: Dr. Javier Marhuenda Hernández Nutricionista Ph.D Profesor grado en Farmacia. UCAM
Los dos tipos de bacterias que más se han estudiado en relación a la obesidad son los géneros firmicutes y bacteroidetes. El primero de ellos es muy común en personas con obesidad y se encuentra en menos cantidad en personas no obesas mientras que el género bacteroidetes se encuentra incrementado en personas no obesas y disminuido en personas obesas. De esta manera se puede establecer la proporción Firmicutes/Bacteroidetes” (F/B) para definir la proporción de ambos géneros de bacterias que tiene la microbiota intestinal de una persona en particular. En términos generales, cuanto mayor sea esta proporción, mayor será la cantidad de bacterias del género firmicutes y la microbiota intestinal será más parecida a la de una persona obesa. Además, aunque este hecho ocurre en ambos sexos, se aprecia de forma predominante en los varones, así como en personas de elevada edad.
La razón por la que la microbiota intestinal y sus cambios podría relacionarse con la presencia de obesidad y afectar a nuestro peso es que influye con la cantidad de energía que se puede generar en nuestro intestino a partir de nuestra dieta. De hecho, un estudio realizado con gemelos idénticos, demostró que aquellos que tenían mayor proporción de firmicutes con respecto a bacteroidetes eran capaces de obtener un rendimiento energético mayor de los alimentos que ingerían. Por lo tanto, una persona con una proporción F/B mayor, será capaz de administrar más cantidad de calorías a su organismo que otra persona con menor proporción F/B, aunque se alimenten de la misma manera. Así, cuanto menor sea la proporción F/B en la microbiota intestinal de una persona menos calorías será capaz de aprovechar de los alimentos que ingiere, y le será más fácil reducir el total de calorías que absorbe al cabo del día.
La alimentación es determinante para mejorar el perfil bacteriano de nuestra microbiota intestinal. De hecho, las dietas ricas en fibra y bajas en grasa se han asociado positivamente con la presencia de bacteroidetes y con la disminución de la proporción F/B. Por tanto, los alimentos integrales ricos en fibra como los cereales integrales, la fruta y las verduras son indispensables para el mantenimiento de una microbiota intestinal más diversa y con una elevada proporción de bacteroidetes. Además, dichas bacterias juegan un papel importante en la activación del sistema inmunológico. Del mismo modo, las dietas ricas en polifenoles (cuya principal fuente son las frutas y las verduras) modulan la microbiota intestinal de forma beneficiosa reduciendo la inflamación intestinal. Por otro lado, la ingesta de yogur contribuye al mantenimiento de una microbiota intestinal saludable. También se ha descrito una menor cantidad de bacterias del género Bacteroides en aquellos sujetos vegetarianos mal alimentados, debido a la baja cantidad de proteína de la dieta. Por lo tanto, parece evidente que una alimentación saludable es determinante para poder tener una mejor microbiota intestinal y cuidar nuestra salud.
En 39ytú realizamos el test del microbioma intestinal, basado en el análisis del ADN de los microorganismos presentes en una muestra de heces, lo que permite identificar cada una de las bacterias de la muestra. De esta manera podemos averiguar la proporción F/B presente en la microbiota del intestino y conocer si es susceptible de parecerse al de una persona obesa. Además, la abundancia de cada bacteria en la muestra se compara con la de una población control sana, y en base a eso recomendaremos soluciones nutricionales personalizadas para cuidar la salud en los aspectos en los que más lo necesite cada persona.
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