28 febrero, 2020 - 39ytú
Dra. Mª Salud Abellán Ruiz, profesora en la Facultad de…
5 marzo, 2020
Francisco Javier Martínez Noguera , Nutricionista deportivo en UCAM
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) definen los probióticos como “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped”. Adicionalmente, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha declarado que los probióticos son “microorganismos vivos que cuando se administran por vía oral durante varias semanas pueden aumentar el número de bacterias beneficiosas en el intestino, lo que conlleva una serie de beneficios potenciales para la salud intestinal, así como con la modulación de la función inmunológica”. Actualmente, los probióticos están disponibles comercialmente en forma de cápsulas, tabletas, polvo, líquido y en alimentos específicos como el yogur y otro tipo de suplementos.
Varios factores como la edad, actividad física, genética, consumo de drogas, estrés, tabaco, ejercicio y especialmente la dieta, pueden afectar a la microbiota intestinal, influyendo en un complejo ecosistema altamente dinámico e individual. En relación a deportistas, algunos estudios que han investigado las diferencias en la composición de la microbiota intestinal de éstos y de otros grupos de población han encontrado grandes diferencias, hallando mayor abundancia de especies bacterianas beneficiosas para la salud y mayor diversidad de bacterias en los deportistas Los efectos beneficiosos se asocian con el aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato) por parte de dichas bacterias.
La mayoría de investigaciones se han centrado principalmente en averiguar los efectos de la ingesta de probióticos en el metabolismo, obesidad, diabetes tipo 2, sistema inmune y la función cerebral. Pero atendiendo a los nuevos hallazgos científicos, se ha visto que la microbiota intestinal tiene un papel importante en la respuesta a la dieta, lo que puede conducir a una mejor personalización de la nutrición deportiva. Además, se ha demostrado que la microbiota intestinal modifica los efectos de la dieta y el ejercicio, ayudando a generar adaptaciones fisiológicas que permiten al deportista obtener una mejora del rendimiento (resistencia y fuerza).
Muchos son los estudios que han evaluado la relación entre la ingesta de probióticos, cambios en la microbiota intestinal y el rendimiento deportivo en humanos. En concreto, la suplementación durante 6 semanas con Lactobacillus plantarum TWK10 ha mostrado un aumento del tiempo hasta la fatiga (+ 44.4%; al 85% VO2max). Esto podría deberse a un aumento en la absorción de la glucosa. En otro estudio que investigó el efecto de Lactobacillus plantarum TWK10 (6 semanas) en el rendimiento, se encontró un aumento del tiempo hasta el agotamiento (+ 36.76%; al 85% VO2max), así como un descenso en la masa grasa y un aumento de la masa muscular. En relación a variables bioquímicas, se encontró una disminución del lactato durante un ejercicio de intensidad moderada (60% VO2max) y después del test. Como ya es conocido, el lactato es un parámetro que está asociado a la fatiga durante las competiciones y su reducción podría mejorar el rendimiento durante el ejercicio y la recuperación después de este.
Por otro lado, la ingesta crónica de Lactobacillus plantarum PS128 en triatletas, mostró una mejora de los índices de rendimiento (potencia media en test de Wingate y tiempo hasta el agotamiento al 85% VO2max) y de fatiga, después de una competición de triatlón. Hay que añadir, que se observó un descenso de marcadores inflamatorios (TNFα, IFN-γ y IL-6) y mejora del estado antioxidante (TRX y MPO), después de la competición de triatlón. Además, la suplementación de una combinación de nueve cepas (Lactobacillus acidophilus, L. rhamnosus, L. casei, L. plantarum, L. fermentum, Bifidobacterium lactis, B. breve, B. bifidum y Streptococcus thermophilus) en corredores entrenados mejoró en tiempo hasta la fatiga en un ejercicio bajo condiciones de calor. El mecanismo específico de la mejora del rendimiento después de la suplementación con probióticos puede estar relacionado con un efecto combinando entre la integridad estructural gastrointestinal, translocación de endotoxinas y modulación del sistema inmune, que conllevaría una mejora del rendimiento.
Gran parte de atletas de resistencia se someten a entrenamiento con alta frecuencia (6-7 días/semana), lo que aumenta su susceptibilidad a infecciones del tracto respiratorio (URTI), como resultado de inmunosupresión inducida por el ejercicio. Lactobacillus fermentum VRI-003 (PCC) ha mostrado tener la capacidad de reducir el número de días y la gravedad de enfermedades respiratorias, sufridas por atletas altamente entrenados, ofreciendo un efecto profiláctico.
La capacidad de producir energía por vía anaeróbica y de recuperación, son factores importantes en competiciones de varios días como, por ejemplo, en el Tour de Francia. Un probiótico que ha mostrado efectos positivos en la recuperación muscular, es Bacillus coagulans GBI-30 junto a 20 gr de proteína (caseína) (2 semanas), reduciendo índices de daño muscular, mejorando la recuperación y manteniendo el rendimiento en 2 ejercicios encadenados de muy alta intensidad (test de Wingate).
En animales, Bifidobacterium longum subsp. longum OLP-01, aislado de un campeón olímpico de levantamiento de peso, aumentó el tiempo hasta el agotamiento de nado asociado a una disminución de los niveles de lactato durante y después del test de nado de manera dosis dependiente (a mayor dosis, mayor efecto). En relación a otros marcadores bioquímicos, disminuyó la producción de amonio, BUN y creatinquinasa (CK), después del test de nado, lo que indica una aceleración en la recuperación después del ejercicio. Recientemente, también se ha examinado el efecto de la suplementación de Saccharomyces boulardii (10 días) en marcadores de rendimiento, aumentando el tiempo de carrera hasta el agotamiento (+ 21.6%), VO2max (+ 12.7%) y la velocidad máxima de carrera (+ 12.4%) comparado a placebo.
Como podemos ver, existe una cantidad considerable de estudios que muestran como la ingesta de probióticos tiene un impacto positivo en deportistas. Pero hay que tener en cuenta, que los efectos de los probióticos son específicos de cada cepa y dependientes de la dosis, mejorando la función de la barrera intestinal, absorción de nutrientes, recuperación y rendimiento en atletas. Al recomendar un producto probiótico por parte de los profesionales cualificados, se debe alentar a los deportistas a utilizar cepas investigadas clínicamente y con suficiente evidencia científica del efecto a obtener.